lunes, 5 de junio de 2023

Con sal de mar

  "Si para tenerte aquí habría que maltratarte, no puedo hacerlo...Te veo me sonrojo y tiemblo, qué idiota me hace el amor".

Comencé a escribir justo a partir de la última llamada contigo, desde entonces hasta hoy fui abonando de apoco esto que al final será el último texto que escribo, lo pongo en contexto porque no sé cuándo habré de compartirlo y dejarlo quieto por última vez junto con todo lo demás que habrá de quedarse aquí, quizás desde entonces hasta hoy estuve escribiendo y borrando tramos enteros conforme pasaba el tiempo y también el enojo de tener que volver a comenzar de nuevo el proceso de otro duelo más, tratando de dejar solo las palabras más amables. Desde entonces he estado entrando muchísimas veces a este espacio con la necia esperanza de encontrar algún comentario tuyo que me de la más mínima señal de vida, pues solo así es la única manera en la que puedo saber que has estado de visita por aquí, si estás leyendo esto ahora, quiere decir que no fue así. 

Mi vida, comenzaré por despedirme de ti contándote un secreto mío que nadie más sabe y que quizás olvide justo después de habértelo dicho, y es que a lo largo de los años mi herida profunda de abandono ha condicionado la certeza, fortaleza y duración de mis lazos afectivos, pues lo que no veo a mi lado o al menos cerca y de manera constante se termina olvidando por completo, o en el mejor de los casos, muta a algo completamente distinto por mero mecanismo de defensa y como una creencia limitante para protegerme de algún daño a futuro. Lo mismo sucedió con nosotros con los distanciamientos a lo largo de los años, hay capítulos completos de nuestra historia que simplemente ya no recuerdo justamente por las constantes intermitencias de tus abandonos. La realidad es que, quien deja de estar cerca de mi, se va olvidando, así pues, quizás alguna vez ni siquiera pueda reconocerte a la distancia o tan cerca como estando uno al lado del otro en la misma caja de cobro de algún supermercado, y es precisamente eso lo que me da un terror tan inmenso que tristemente sé que no podrías entenderlo nunca.

Te escribo desde la parte más profunda y oscura de esta depresión que lleva conmigo cerca de tres años y contando, esta no es ni la primera ni la última, pero sí la que me ha cobrado más cuota de mí y de mi tiempo. Por fortuna fuiste tu quien decidió por fin romper con su llave de ésta puerta después de tu última visita, y lo digo así porque tú más que nadie sabe que yo no me habría atrevido a hacerlo nunca, al menos no por cuenta propia, y es que de no haber sido así, seguramente habría seguido abriéndote mis brazos en cruz en cada una de tus vueltas hasta el final de los tiempos. Así sucedió desde la primera hasta ésta última vez sin el más mínimo esfuerzo de tu parte. Sabes, yo hubiera pensado un poco más en ti que en mi antes de buscarte de nuevo, me hubiera esperado más meses para volver a intentarlo, ambos teníamos o seguimos teniendo a la fecha muchas cosas por sanar y perdonar, también algunas cuantas más de las cuales arrepentirnos, ¿Pero qué te digo? me volvió a ganar el corazón de vuelta y tu sabes bien que solo te basta con colgar del anzuelo un pequeño trozo de ilusión de que habrás de quedarte un poco más de tiempo en mi vida para dejarlo todo y salir corriendo tras de ti.

El día que reapareciste lo primero que dije fue que no volvería a lastimar a nadie más solo porque estabas de vuelta, eso también volvió a suceder, nunca sabré a qué volviste si planeabas regresar a donde estabas, tu nunca has perdido, siempre has tenido a dónde poder volver como si nada hubiera ocurrido, incluso aquí conmigo, con los años he aprendido que cada que te vas de aquí, es porque alguien ya se encuentra esperando; Por mi parte siempre he tenido esta pésima costumbre de decirle a quien se me acerca demasiado, que si algún día me voy de ahí es porque contigo es donde quisiera estar, y eso sin duda cierra muchas puertas que no vuelven a abrirse nunca más. Si me preguntas, sigo creyendo que volviste tan solo por ego, pues pudiste haberme buscado en cualquier otro momento, meses antes o muchos después, sin embargo solo lo hiciste hasta verme acompañado y ligeramente más tranquilo, estoy cierto que de haber estado por mi cuenta, habrías seguido viviendo tu historia perfecta, como esas que solían pasarte cada seis meses y duraban solo unos cuantos. 

Es tan irónico que aún todavía a estas alturas de la vida quisiera contar al menos con esa ventaja que tienen quienes te encuentran por primera vez, esa habilidad de creerles todo sin cuestionar nada, esa soltura de darlo todo sin alguna exigencia ni condición, de creer todo sin excepciones, de obviar las señales, donde todo es tan admirable y encantador como si fuera tan extraordinario en tan solo unas cuantas semanas, quizás mi rencor parte de que tuve que atravesar por tantas cosas y por tantos, es ahora que entiendo que no existe nobleza ni estoicismo alguno en esperar a nadie.

Debí irme la primera vez que tomaste la decisión consciente de traicionarme sin advertencia alguna ni un daño previo de mi parte, ese debió ser mi punto de partida, trece años atrás debí haber colgado a mitad de tu llamada desde la habitación que estaban compartiendo, no debí esperar a que volvieras, no debí esperar a que bajaras de ese taxi a las tantas de la mañana mientras yo me sostenía el corazón tan roto solo para preguntarte por qué lo habías hecho, mientras tu me mirabas con tal enfado por querer saber todos los detalles del por qué. Me reproché tanto el no haber sabido cómo reaccionar cuando sucedió, me sentí tan humillado tan decepcionado, pero dime ¿porqué tendría qué haber sabido qué se hacía en esos casos?, si te sirve de historial, fuiste la primer persona que me enseñó cómo es que se siente una infidelidad en más de una ocasión. Debí tener más de amor propio, debí decirte esa vez que al menos guardaras tu maleta para no tener que ver de reojo al pasar al lado de ella todo lo que te estuviste poniendo y quitado para él durante esos días, esa misma que incluso te ayudé a cargar para meterla en la cajuela el día que te ibas, Después de eso debí saber que habría de repetirse una y las veces que te fueran necesarias, porque así mismo fue que te conocí, compartiéndote y compitiendo por la compañía de alguien que ya se encontraba ocupado, ¿Por qué creí que sería distinto conmigo? Carajo, y es que te amaba tanto, tanto y si bien entiendo que la vida a lo largo de los años te ha hecho reconsiderar algunas de tus formas, fue mi constante presencia, mi absurda permanencia y mi tolerancia al dolor lo que te facilitó durante muchos años el salir a buscar por una veintena de lados lo que según tú era lo que estabas buscando, mientras yo me quedaba esperando algo que nunca volvió completo de donde sea que se fue.

Me defendí a destiempo, lo admito y lo lamento, no debí engancharme en esa dinámica de, “te hago porque me hiciste”, pero sabes, no merecí esa primera ofensa, y sin duda no debí continuar a partir de ella con todas las demás, ni aceptarlas ni ejercerlas, debí saber cómo gestionarlo, ignorarlo no me excusa de haberlo hecho yo también, a pesar de todo nunca te herí de manera arbitraria y con total consciencia y alevosía de hacerte un daño, no me pongo ni tampoco me queda el disfraz de víctima, lamentablemente me permití convertirme en un reflejo, un espejo de lo que sucedía, de lo que dabas y quitabas, de eso mismo que hacías cada vez con menos remordimiento como calibrando hasta dónde habría de replicar. Es preciso decirlo, mis ausencias fueron directamente proporcionales a las tuyas y si alguna vez te sentiste herida, imagínate yo, que por el cariño que te tuve nunca me atreví a devolverte del todo ni siquiera la mitad de los daños que permití hicieras, devolviéndotelos en las mismas formas que las tuyas, mi sentido de “justicia” no pudo estar más equivocado, me permití convertirme en algo que no era ni deseaba, me conociste leal, compasivo, amoroso, detallista, cariñoso, atento, paciente y dispuesto a esperar que te dieras cuenta de que todo hubiera sido más fácil si no hubieras abusado tantas veces del amor que te tuve durante todos estos años, y no me refiero a compartir tu cama con las personas que fueran o a irte tantas veces como quisieras, me refiero a decir lo que realmente eras, que necesitabas constantemente de una inmensa cantidad de atención y que te irías con cualquiera que diera ese suministro de placer y gratificación sin importar lo que sucediera al rededor, lo dije muchas veces, nunca tuve oportunidad alguna de ganarte a ti misma. 

Mi última llamada contigo casi siete meses atrás fue a mitad de un ataque de pánico, no sabía qué hacer, ni siquiera lo hice para pedirte que volvieras, te llamé solo para saber cómo es que hacías cada que te ibas para desvincularte de mi de una manera tan fácil, como si fuera tan sencillo, me respondiste que estabas con tu familia, que no te correspondía a ti el hacer que fuera más fácil y que no volviera a llamarte nunca más porque que no ibas a responder. Cuando te asomaste de nuevo hace pocos meses, de lo primero que pediste fue que si podía llamarte mientras tomabas un baño, de inmediato lo hice, y comenzaste a hablarme de anillos, de bailes clandestinos con prendas a escondidas, de las cosas que aún guardaste y que estoy seguro a estas horas ya tampoco están, así como pasó con aquellas que me enviaste como si fueran nada, llegaste así, tan casual, como si yo mismo no te hubiera enterrado y quemado hasta las cenizas meses antes y te pedí por lo que más quisieras no volver jamás, todo ello en un escrito que estoy seguro leíste más de una vez y aún así lo hiciste, con esa certeza de que te estaría esperando. Y así fue, ese día me quedé contigo en la línea por más de dos horas y al siguiente otras tres más con dieciséis minutos en video llamada hasta que te quedaste dormida con la pantalla encendida pues decías que llevabas días sin poder dormir, todavía hace días aún conservaba la captura de pantalla que tomé esa vez, sabes, yo también hubiera deseado una de esas llamadas que me hicieran poder dormir bien. Lo último que escribiste decía, “...lo que te voy a decir está bien cabrón y creo que es importante que te lo diga, sé que a partir de esto los sentimientos que tienes hacia mi cambiarán pero al menos así creo que podremos dejar de herirnos”, dime tú, quién le dice algo así a quien espera por ella todos los días y que llega y se va como si aquí no pasara nada?, Ciertamente siempre hubo una diferencia abismal entre saber estar y solo estar de paso.

Nadie nunca me obligó a nada, ni siquiera tu misma, admito ahora que fue mi falta de amor propio lo que hizo que insistiera tanto en querer hacer notar mi valor, quizás te quise más a ti de lo que tú alguna vez quisiste quedarte conmigo, tanto te quise que muchas veces deseé parecerme a las personas por las cuales podrías llegar a dejarme alguna vez y entonces así no tendrías que irte. 

Siempre pensé que terminaríamos juntos, nunca que acabaríamos con nosotros en el intento, sentir tanto de todo esto me ha venido destruyendo desde hace ya mucho tiempo atrás, un poco más desde la última vez de tu chequeo regular hacia mi persona para saber si aún seguías aquí existiendo, mi ansiedad se ha disparado como un cohete hacia la luna, como si buscara desesperadamente tomar bocanadas enormes de aire en su trayecto sin lograr hacerlo, hace que olvide cosas por completo, entre ellas los avances que haya logrado hasta ese momento y es como empezar de nuevo otra vez desde cero con el proceso, ocupa la mayor parte de mi pensamiento, me mantiene irritable, desconcentrado, en este estado de alerta constante como si estuviera en medio de una tormenta que no termina por tocar el suelo de una buena vez para así comenzar a destruir todo a su paso y entonces tener al menos la oportunidad de comenzar a reconstruir de nuevo, No hay manera humana de que pueda sentir más de lo que ya lo hago. Desde esta última ocasión me vivo al límite de mi disociación, soy sin ser realmente, estoy sin estarlo conscientemente, expectante de lo que debería ser pero que sin embargo no sucede, me he vuelto una especie de fantasma dentro de mi propia casa. Este sentimiento de pérdida e insuficiencia es tan jodidamente incapacitante, me han desatado hábitos tan dañinos como comer en demasía por ansiedad o fumar como si no hubiera un mañana, procrastinado constantemente y sin ánimos de lo que alguna vez me hacía feliz y me entusiasmaba hasta el hiperfoco, sentir tanto me está haciendo daño y por mi bien necesito parar y la única manera de hacerlo es dejar de vaciar mi energía en ti. Lo siento, no puedo arreglar todo esto yo solo, es brutal el momento de conciencia donde se comprende que con amar ya no alcanza, entiendo bien que ya no debería de extrañarte, pues de estos quince años, menos de la mitad los he pasado contigo, y la otra mitad de esos restantes se me han ido en perseguirte, es ahora que entiendo que lo que extraño es en todo caso la versión idealizada de los momentos que pasamos en paz.

Mis bloqueos han podido ir cediendo de a poco en cada nuevo acercamiento a mi conciencia y las herramientas que ello aporta, me recuerdan lo que muchas veces dejé pasar y que al final se volvieron en reclamos de lo que hice, cuando lo único que hice fue regresarlo de la misma manera en que lo que recibí de ti, hay tantos recuerdos que han vuelto a hacerse visibles, las noches acostado en el piso del otro lado de la puerta de tu habitación, o estar a un lado de ti en la cama hablando con tu espalda porque tu simplemente no deseabas escuchar, las desacreditaciones, las humillaciones, los descartes, los reemplazos, tu forma de castigar al ignorar o dejar de atender lo que yo tenía por decir, también situaciones de mucho antes, como cuando decidiste no asistir a la galería donde todo lo que exhibía se trataba de ti, o cuando te vi yendo sin falta durante meses cada fin de semana por alguien más a la misma ciudad donde se supone viviríamos, esa misma donde sólo me visitaste media tarde y a las prisas una sola vez cuando me mudé ahí, o aquel día que me pediste acompañarte a una lectura de poesía sabiendo desde antes y esperando encontrarte con unos de esos amores tu vida, mientras yo me tuve que tragar mi orgullo y la humillación de tenerte ahí a un lado mío mientras te temblaban las manos y las piernas al verlo en el lugar, esa vez fuiste tan obvia, o cuando te quitabas el anillo que te di cada que llegabas a tu casa para que nadie te lo viera, o saber que apenas hace un par de años tu papá se enteró a pesar de que aún vivías con él cuando te lo di, por citar solo algunas de tantas otras más, mucho de todo eso terminé replicándolo al ir aprendiéndolo de ti y de esas formas que sé que en tu defensa aprendiste y padeciste antes de mi en tu propio entorno, no debí ser así, no quería ser yo pero muchas veces parecía que solo en el conflicto existía la coincidencia, qué triste que haya sido así. Sabes, durante todos estos años nunca te escuché decir que temías perderme, y no es que esperara que tuvieras las mismas incertidumbres que tuve, pero nunca, ni una sola vez te escuché o te leí preocupada por que no volviera a estar, sin duda el ansiógeno más grande es pensar y preocuparse por las cosas que nunca sucedieron.

Mi vida, por más que me duela en el alma necesito soltarte en el sentido más estricto, literal, abstracto y liberador de la palabra misma, y es que verás, ya no me quedan más horas para no dormir y me duele verme a mi mismo convertido en esta persona que espera que regreses y quieras quedarte sin tener que recitarme previamente mil quinientas condiciones como si solo fueras tu quien esperara algo, me he ido abandonando a mi y pausando mi camino en espera de volver a compartirlo contigo, he estado corriendo tras tus pasos apenas se escuchan cerca, y no me malinterpretes, siempre adoré y amé tus pasos y tu sensual manera de contonearte al caminarlos, pero es exhaustivo perseguirte. Siendo brutalmente honesto conmigo mismo y dejando toda fantasía de lado, hace tiempo que tu ya no estás aquí y no hablo de unos cuantos meses, sino desde hace muchos años, sé que no vas a volver jamás en ninguna de las formas en que alguna vez te conocí y es momento de aceptarlo, mi enamoramiento se volvió una lucha frecuente por sobrevivir una semana completa sin tener que verme amenazado por tu ausencia o por la angustia del castigo constante de tener que competir para ganarte, luchar para recuperarte o esperar a que volvieras. Dime tu, cómo esperabas que tuviera una verdadera sensación de compromiso y certeza contigo cuando no te pesaba abandonarme en cada oportunidad que tuvieras, y cuando estabas, tu permanencia era condicionada al cumplimiento de peticiones y demandas de una seguridad que no me proporcionabas a mi ni a ti misma. Infligiste en mí tus propias heridas de abandono de la misma forma en que tú las viviste muchísimo antes de haber coincidido conmigo, hace muchos años te dije que no planeaba pagar por platos que yo no había roto, sin embargo durante muchos años estiré tanto mis propias carencias para con ellas tratar de poder cubrir las tuyas, me rompí muchas veces para ti tratando con esos pedazos de mí mantenerte completa, no pude con los dos y sé que tampoco era mi tarea. 

Necesito soltarte, hoy más que nunca sé del riesgo que conlleva el hacerlo como esta decisión consciente que estoy tomando, pues estoy cierto que -a diferencia de otras tantas-, esta vez no habrás de sobrevivir a mi memoria, necesito soltarte porque me extraño más a mí que a ti y a todo eso que quisiera besarte cada vez que te recuerdo, me importo más yo esta vez que en cualquiera de las otras, pues me he permitido descuidarme y alienarme, he abandonando y postergando lo que quiero también para mi por estar pensando constantemente en cómo arreglar algo que no solo yo rompí. Me rindo, lo que no se repara se repite y estoy cansado de tener que poner a prueba mi valor cada que apareces, de sentirme insuficiente, reemplazable y ordinario, es justo y necesario sanar mi relación conmigo mismo y dejar de pensar en desear una relación contigo. No ha habido suficiente tiempo en las sesiones para ir recogiendo lo que se va cayendo al ir hablando, pero incluso eso es un avance, me tengo prohibido por mi mismo el tratar de ti en ese espacio, y no es que no valgas la pena, pero para hablar de ti ya se me va la semana entera, ojalá hubiéramos sido menos ansiosos o evitativos, más empáticos y menos destructivos pero sé que ambos padecemos las secuelas de batallas previas antes de conocernos a nosotros mismos. Ahora estoy dejando de verte a ti para voltear a verme a mi, a veces simplemente no hay un happy ending ni tampoco un happy feet.

Hay una pena tan grande que viene de la mano del no saber de ti durante meses, me toma tan fuerte que no me suelta ni siquiera al cruzar la calle, ahora sé que me aferro al apego de la herida de tu ausencia y no a la certeza de tu permanencia porque era lo único que me quedaba cada vez que te ibas a buscar un lugar distinto que pudiera darte la forma más cercana a tu concepto de felicidad, y siento que si pierdo eso me quedaría sin nada, aunque ya nada tenga realmente. Ha llegado el momento de soltar incluso la pena de no volverte a tener en mi vida, porque si sigo sosteniendo todo eso, cómo voy a sujetar éstas tres mil quinientas piezas en las que he quedado partido, y es que esto me ha roto de una manera irreparable, al menos para mí, la gravedad del dolor de perderte está en la misma escala de saber qué no habré de volver nunca más a mi abuela y lo que habré de sentir el día que pierda a mi madre, y sé que dimensionarlo de esta manera podrá parecerte absurdo y fuera de toda proporción, pero entiendo también que no puedas comprender lo que es perder constantemente tanto de lo que uno más quiere en esta vida.

El desapego se siente literal como descarnarse hasta los huesos, no hay manera alguna en que no sea desgarradoramente doloroso, ni siquiera en la más obstinada soberbia. Me hubiera gustado decirte que sí, que después de todo lo logramos, que nos salvamos, que tanto amor que hubo pudo más que todos los dolores y las heridas que nos permitimos por no saber cómo amarnos sin lastimarnos en el proceso, la realidad es que en este momento me está costando la vida tan solo el poder salvarme a mí. Hasta aquí llegó cualquiera que haya sido mi misión para contigo, estuve en muchos de tus mejores momentos y también en algunos de los peores, estuve hasta donde pude, y también hay que decirlo, hasta donde permitiste hacerlo, porque no fui ni el primero ni el único en construir murallas, solo le pido a la vida que al final sea cuidadosa conmigo y que me evite toparme de contigo de frente, que sea siempre a una distancia prudente, pues mis piernas y mis brazos son todo menos fuertes cuando se tratan de ti, y aún así te viera mañana, en dos años o en veinte, mi primer impulso sería correr hacia ti y abrazarte tan fuerte como si fuera un niño perdido y eso es algo que ya no puedo permitirme.

No tienes ni la más jodida idea de lo que es escribir todo esto sabiendo que esto es lo último que expreso pues no me quiero quedar con absolutamente nada, y sé que debe de doler, es necesario, pero el sufrimiento es algo que ya no deseo para mi y ni siquiera para ti después de todo esto, ésta no es una despedida solicitada, es solo mi catarsis y mi punto de partida. Siempre serás el amor de mi vida, pero entre el amor y la vida, escojo vivir todo eso que tantas veces tú te permitiste cada que te ibas. Y no es el despecho por los descartes, que de por sí fueron dolorosísimos, es porque sabes perfecto que me engancho a ti tan solo con que me des la ilusión de poder tenerte conmigo, y en más de una veintena de veces has usado ese poder que te di para solventar tus soledades momentáneas, así pasó ésta última vez, volviste solo para asegurarte de que nada ocupara mi pensamiento que no fueras tu, para después así como llegaste, irte, porque seamos honestos, no me buscaste desde el amor, lo hiciste desde el ego, la soberbia y el narcicismo, tu no pensabas quedarte, solo pasaste por aquí para ver si alguien había podido más que tu, y sí, al final ganaste, ya tampoco queda nadie al menos de éste lado.

Quizás duela lo que voy a decirte, pero yo ya no quiero guardarte más cariño "por si acaso", y es que no sé qué hacer con eso cada que te marchas y se queda aquí a solas conmigo, dónde lo pongo, qué le doy de comer, a qué hora lo mando a dormir, de qué le platico, qué tanto tiempo lo saco al sol, y si un día se me olvida cerrar la puerta y se me escapa cuando entre alguien más?, qué hago con el cariño que te guardo si no estarás para ver cómo ha crecido?. Cuando te dije que te quise fue verdad, la más absoluta de todas, te entregué mis mejores canciones, te compartí mis películas favoritas, a partir de ti escribí como a nadie, te cociné lo que más te gustaba, te toqué y te besé en maneras que no podido hacer todavía con más nadie, usé mi única propuesta de matrimonio contigo, te di el nombre de la hija que nunca tuve, te amé hasta que simplemente ya no pude, pues ya no me queda algo más que pueda darte, te lo di todo, me tuviste entero, como nadie nunca más me tuvo ni ha podido hacerlo. 

Siempre quise que fueras tu, pero por más que corra detrás tuyo y aún así te alcance no vas a quedarte, ambos sabemos que no me vas a elegir porque así fue desde el principio, e intenté durante este camino ser la versión de mí que más pudiera gustarte, sin embargo me perdí a mi mismo en el intento con tal de encajar en un lugar que aún todavía sigue estando en la búsqueda de su propia identidad. Sé que decirte que te amo no habrá de cambiar absolutamente nada, y que la realidad de lo que sucede el día de hoy seguirá siendo igual a la del día de mañana. Creo que nunca lo notaste, pero mi primer inicial y tu segunda eran consecutivas, así también nuestras fechas, tu día con mi mes y mi día con tu mes, y si alguna vez te sientes curiosa y buscas cómo fueron las fases de la luna el día en que nacimos, notarás que fueron exactamente las mismas; Al final nada fue cuestión de numerología, esoterismo, astrología ni de cartas astrales, no creo que nadie más haya tenido tantas señales tan claras de coincidencia de pertenencia, y sin embargo quizás son de esas cosas tan normales que uno encuentra con otras personas conforme va conociendo a otras distintas por la vida.

No sé cuándo leerás esto, pero estoy cierto que habrá de suceder hasta cuando deba ser, ni un minuto antes, quizás por nostalgia o por la usual curiosidad o puede que sea hasta que alguna de tus fuentes donde minas atención se agoten, se aburran o simplemente te cansen, lo que suceda primero tampoco importa mucho, aún si no lo hicieras, para ese entonces ya no lo llevaré cargando conmigo, y si bien soltarte no resuelve el total de todos mis problemas, sí hará el camino más ligero. Desafortunadamente para mi, te necesito, no sé explicarte cómo y ciertamente dudo que puedas entenderlo, va más allá de una dependencia emocional, de mi TLP o mi apego ambivalente, o de cualquier otro síndrome, síntoma, diagnóstico o sentimiento, para mi siempre fue tan simple como el tener la certeza de saber que en algún punto de mi creación mi alma eligió a la tuya y eso es algo contra lo que yo no puedo hacer mucho pues no me pertenece, forma parte del espíritu mismo. Lo siento pero al final no logré tener la fuerza de voluntad ni el corazón suficiente para dejar de amarte así nada más, como si no fueras nadie, de corazón espero que en el lugar donde decidas quedarte te amen tanto e incluso más y mejor de lo que alguna vez yo lo hice, por mi parte mi única opción más viable es ésta de guardarte tan pero tan profundo hasta olvidar dónde te puse. 

Nunca fue tu obligación quedarte, cuidarme, quererme ni corresponder a todo lo que sentí por ti, tampoco fue tu responsabilidad el hacer algo por mi ni retribuir a lo que te di, sin embargo sí es la mía el tomar de vuelta todo lo que me queda y me pertenece para tratar de volver a hacerlo mío nuevamente, yo desconozco si para ti después de todo hubo o habrá alguna lección o al menos alguna consecuencia, lo que sí sé es que éste es mi propio camino de aprendizaje, personal e intransferible. Habré de llorarte lo que tenga que llorarte, habré de sentir lo que tenga que sentir, habrá de doler lo que tenga que dolerme, que se rompa lo que tenga que romperse pero ya no más, que así sea y aquí se acabe.

Necesito irme, ya no me hace bien quedarme, se me está apagando el corazón y no tarda en ponerse tan oscuro aquí dentro que no podré siquiera ver lo que te escribo, no sabes cuánta de toda mi valentía me está tomando el poder soltarte, pues de nosotros dos soy el último que falta por hacerlo, me voy de ti queriéndote tanto, a mares enteros con todas sus oleajes. Siempre fui valioso y suficiente en todos y en cada uno de los días.

Nunca debimos lastimarnos ni abusar tanto de nosotros, te perdono por todo lo que desearía no hubieras hecho, me disculpo por todo lo que creas perdonable, te perdono por venir y haberte ido, me disculpo por mi insistencia de querer quedarme. De todo lo vivido le agradezco al universo el haber podido amar todas las partes más sanas que alguna vez tuvimos.

Por el bien de todos, mi último y más grande acto de amor hacia a ti y hacia nosotros, es desatar todos los lazos que me unieron contigo, esperando con ello por fin la paz le regrese a cada cual y cuide de cada uno en su camino.

Lo he dicho todo, no me quedo nada,
libres llegamos y libres nos fuimos. 

Hecho está.



viernes, 2 de noviembre de 2012

lunes, 29 de octubre de 2012

Espantapájaros



Y así fue, demasiado de todo o de lo mismo para bien o para mal

Después de ciento noventa y un entradas en todos los espacios y poco más de dos mil seiscientas visitas de lados tan ajenos como Alaska, Italia y Portugal, es tiempo de poner todo en cajas y bajar la cortina

Todo aquello que ahí se vio, ahí se queda, hasta la última letra, sin borrar ni mutilarles nada, de hacerlo así sería pues como intentar hacerle creer a cualquier curioso, que aquí nunca pasó nada y vaya que pasó, que pasa

Y es que, debo confesar, le tengo demasiado cariño, respeto y lealtad a cada consonante y vocal, que no podría negarlas, vaya, ni siquiera donarlas o arrendarlas a alguien más

Así las cosas, aquí se rompió una casa y cada quien se va a otro cuento a buscar los remanentes de uno mismo, lo demás está de menos, los métodos, los motivos, los hastíos

Mientras tanto yo me mudo con todo y triques a donde esté más lejos, “No me voy, Me mandan”, todo esto no es gusto

“Yo te cuido” te dije tantas veces, ahora quizás toca el tiempo de cuidarte del peor de todos estos males, de mí mismo

Cuando se empuja tanto, llega el punto de no saber cómo regresar, y como aquí lo que se ha propuesto es dejar los cabos sueltos sin atar, da lo mismo aquello que se lleve puesto, lo cierto es que estos dedos míos, de tu tiempo a la fecha pintan todo en alquitrán

Es tiempo, dejar ir no es abandonar, aunque debo decir, todo depende de qué lado del pañuelo es del que se encuentre uno, propongo irnos pues cada quién por su cada cual mientras haya tiempo y vida

Como último consejo -no pedido-, diría a todo aquel que se tope con este texto, “Nunca hay que dejarse ir, abandonarse por completo, ni tampoco convertirse en cualquier objeto distinto a lo que conocemos de nosotros; Existe una parte vital, esencial de uno mismo que no debe perecer ni extraviarse entre los trastos oxidados del olvido”.

A mí no me va ni se me da eso de tres líneas desnutridas y deseos de buena suerte

Siempre, siempre tengo algo más qué decir

boronasenlamesa.blogspot.mx



domingo, 28 de octubre de 2012

Adieu Octubre!



No me fallaste, no te guardaste ninguna sorpresa debajo de la manga, las tuve todas

La última de ellas casi arañando tu última semana

-Y si te equivocas?
Y si hay más días todavía?

Todo es cuestión de azar de ahora en adelante

"D" Corazón Gracias por todas tus lunas

Siempre, Infinitas.

viernes, 26 de octubre de 2012

Es un trato


Tan cortante como lo es el borde de ésta hoja en la que hoy te escribo

Sangra, literal, a borbotones, habrá también que hacer lo propio entonces, con todo el teatro que conlleva, con tu nombre pintado justo al centro de una diana, jugando por ésta sola noche entera a ver cuál de todos le atinamos de primera a la “D” o a la “M”, para el caso da lo mismo, con ninguna de ambas dos se escribe Atrio, ni siquiera Casa; Yo me formo aparte, de entre todos creo merecer por lo menos algunos cuantos tiros de ventaja

Nunca sabré entender por qué de aquel tanto quedó tan poco, tampoco quedó de aquello nada, que ni sobró para llevarse algo entre las manos o guardarlo debajo de la cama, por si acaso

Ya ves…ni fuimos dos ni fuimos tres, todos, todos al carajo de una buena vez, jodidos pero contentos

Solo por hoy y nada más, ya mañana me cansaré de ladrarte y seguramente habré de levantarme con la inquebrantable voluntad pintada en el borde de los labios de querer saberte bien al día siguiente, mientras dure

Hoy, aquí y a estas horas, me permito odiarte a la par de todo lo mucho que te amo, desde hace tiempo me lo he venido debiendo y postergando, confieso nunca antes haber querido como ahora lastimarte en represalia, azotarte en tantos lados, sin embargo aún así sabes bien que no podría, además, qué tantas de cal podría vertir en tí por todas las que llevas tu de arena?

Heme aquí tan insolente como nunca, aunque mi queja ya no quepa por exceso en el buzón de sugerencias y se vaya directo al montón que está debajo

Esta vez no habré de negociar la culpa, por mí parte llévate contigo toda aquella que te quepa dentro de las bolsas, de cierto sé que hay personas en las que se pierde la fe de manera irremediable, casi inmediata, sin mortaja ni un vestido blanco

Ni tu bordas pañuelos, ni yo rompo contratos, yo ya no me muero ni te mato, ni en pasado ni en presente

Tan certera tú, siempre has sabido qué decir en los finales para no querer buscarte nunca

En palabras tuyas…”Ni ahora, ni en cinco, ni en quince ni en veinte”, si así es, qué te importa entonces si hoy te odio y mañana quiero verte?

Anda pues a buscarle los siete pies al gato, a esperarlos llegar de nueve en nueve, para el caso lo mismo habría valido el haber aparecido que pasar de largo; de la puerta para afuera cada quién se muestra a si mismo la salida

Esto de resistir con "entereza" a los embates no tiene ningún secreto, ahora bien lo sabes, se debe quererte tanto…tanto, para no caerse en trozos al tenerte en frente, ni querer arrancarte de un tajo algún pedazo

Y sin embargo…así fue amor mío, de miedo están hechos los hilos

Nos siento mucho, como en pésame

Tuviste razón, contigo a ningún lado, las lunas se ven mejor de lejos, parte a cualquier lugar sin preocupación alguna, aquí todo ha quedado tan en calma como en ojo de huracán.

"Y PORFAVOR PORFAVOR CORAZÓN
QUE NO DESPIERTE
QUE NO RESPIRE
QUE NO VENGA NADIE
QUE AQUÍ NADIE VIVE
NI SOBREVIVE.

TODOS, TODOS CONTENTOS!!!"



jueves, 25 de octubre de 2012

Versus



Bastaba solo un suspiro, un pequeño movimiento, un beso tibio y largo, ó uno corto y sencillo justo antes de dormir, una inocente tira de sus bragas asomándose tímidamente fuera de la presilla del pantalón, bastaba a veces menos que eso para hacerme perder la cabeza y ponerle un disfraz de presa de manera inmediata

Y era así, tan instintivo, desequilibrante, tan impulsivo, era el pelear por querer vencer y dejarse ganar al mismo tiempo

Sus pechos se alertaban al sentir apenas cerca el paso de mis dientes, poniéndose en guardia lentamente al suave rose del borde de mis dedos

Podía ver su palpitar acelerarse a través de las venas de su cuello, cada vez un poco más al ir cediendo un poco de terreno, su sangre galopaba violentamente intentando llegar a cada espacio, entintando en escarlata sus labios casi de inmediato

Mi boca curiosa bebía de ella hasta que mi sed se calmaba casi por completo, despacio, sin prisa, aún así conteniendo el impulso de querer arrancarle con los dientes la piel del hueso por completo

Tan dulce ella, sabor vainilla, avellanas los ojos dilatados que me observaban desde arriba cómo la comía poro a poro, mientras unía los puntos esparcidos en su piel apiñonada

Tantas veces pinté de seda sus caderas, su espalda, sus mejillas, pequeñas nubes púrpuras poblaban el costado de sus piernas a la mañana siguiente 

Su sangre al Tequila hervía al momento, de tal manera que era imposible negarle nada, era un delirio verla de espaldas, arqueando su espina como lo hacen los gatos justo antes de atacar, verla lazarme a la distancia con esa perversa mirada asesina a media oscuridad mientras su sombra retrataba contorsiones en los muros

Recuerdo su sonrisa retorcida, su mirada vagando en el interior de sus párpados, la manera en que su piel se aterciopelaba mientras el aire luchaba por llenarle los pulmones, se iba lentamente, escuchaba a lo lejos las palabras, sin embargo balbuceaba algunas sin siquiera darse cuenta de lo que hablaba, una, dos, varias veces mientras iba muriendo muy despacio

Así era, así fuimos, así recuerdo las noches, las tarde de regadera, las escaleras en un bar repleto de personas, mis lunas con ella

Ahora somos quizás un par de extraños con recuerdos en común.

domingo, 21 de octubre de 2012

Credos

-Crees en las historias de amor a primera vista?
Hace apenas un par de días alguien intentó iniciar una conversación usando esa pregunta, sonreí sin querer, me sorprendió la pregunta, aunque debo decir que tampoco fue una sonrisa de lado, “Creo en las personas, si es lo que quieres saber” -le contesté-, ella notó mi evasión al tema sin embargo insistía en querer saber si yo era uno de “aquellos” que creía en el destino, aquel del que dicen los que saben, se encarga en poner a dos persona en un mismo sitio frente a una taza de café en alguna plaza de una ciudad ajena y lejana a la de ambos

Alguna vez lo hice -le contesté-, ahora creo que quizás solo existen historias y momentos, sin importar si hay amor o no en la trama, sin embargo hay algo en lo que creo fielmente, casi a ciegas, y es en las sonrisas que desarman las rodillas y en los ojos que saben hablar sin siquiera mover los labios, ella me miró con cierta extrañeza y un ligero gesto de decepción, como si de antemano supiera que estaba describiendo a otra persona que no estaba en ese momento sentada a la mesa

Creo -continué-, que algunas casualidades hay que planearlas con suma delicadeza, que se valen los pretextos pues las coincidencias muy pocas veces llegan a coincidir entre ellas mismas, que en ocasiones hay que hilarlas entre sí para que sepan llegar a prisa

Creo, creo y con eso basta, fue ahí donde al decirlo, que sin remedio sonreí de lado, no había más nada que decir, dejé la cuota de mi café en aquella mesa, a un costado del pequeño plato con la taza a medias, me levanté y me despedí, al día siguiente tenía que volver a casa, aun a sabiendas que no hubiera nadie en ella.

Es curioso, justo ayer aun entre gerberas, rosas, canastas y manteles incompletos, olía a gato, como antes, como siempre, y yo feliz, mientras tanto, por lo pronto, hasta que los teléfonos de nuevo comiencen a hablar entre ellos con los ojos

En palabras de Louis Armnstrong en “What a Wonderful World

-And all I'm saying is, see, what a wonderful world it would be if only we'd give it a chance...Love baby, love. That's the secret.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cerrado



Hormigas en Huelga de Hambre


No se ocupan a la vista las señales de advertencia,
"-No correr cuando el piso está mojado-",
Sé de cierto que el camino está cerrado por derribo.

 --------------------------------- 
 
"Era felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, un goce, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que el costo, coca, crack, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenio... Mejor que los andares de Emma Pill, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que la cara B de Abbey Road, los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson, mejor que Woodstock y sus fiestas mas orgásmicas...mejor que los excesos del Marqués de Sade, Rimbaud, Morrison y Castañeda... Mejor que la libertad... Mejor que la vida."

-Julien Jeanvier: Hay dos o tres cosas que nunca me has pedido y lo lamento, habría sido capaz

-Sophie Kowalski: Qué cosas?

-Julien Jeanvier: Comer hormigas, Gritarle a los desempleados, Amarte como loco


- Jeux d'enfants (2003) 




martes, 11 de septiembre de 2012


Estoy exhausto, no por el trajín del día a día, ni por las citas o las largas horas frente a un monitor o mi continuo andar entre estaciones de autobuses, ni siquiera a ésta extraña sensación de sentirme un despatriado aunque solo cruce un par de límites estatales

Estoy agotado de éste clima, de este aire tan pesado, de ti nada, ni una brisa, me hastía éste lugar tan seco, tan parco y desquebrajado; Hay tanto silencio aquí que se vuelve estridente hasta el simple aleteo de una mosca

Según el protocolo en función se supone que no debería extrañarte, según el historial debería -dicen- más bien retozar e intentar retomar cualquier minuto que se me haya estado escapando entre las manos, se supone incluso que ni siquiera debería abrir un poco, que esto estaba cerrado a piedra y lodo, por lo menos para mí lo está, o eso es lo que le habré de contar a quien pregunte demasiado

Tengo tantas ganas de salir huyendo a cualquier parte, lejos, lo más lejos que mis pies aguanten, -dicen- que el agua de mar ayuda a curtir aquello que los días no pueden; Ponte en mi lugar diría, pero es tan incómodo aquí que ni yo mismo me aguanto a mi por demasiado tiempo

A duras penas va tomando rumbo el segundo día de un mes con lunas tan grandes, que prometen empujarme de la cama cada noche acercándome aún más al borde de un abismo, y a todo esto y si caigo qué? Seguirá siendo martes y seguirá siendo Octubre por lo menos hasta el treinta y uno

Esto no supone nada, más que el sacar un poco del aire que mantiene flote a éste globo en el que viajo, regresarlo a tierra, bajar un pie, después el otro

Continuar caminando.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Idea Millonaria

Crear y enlatar una sensación artificial parecida a la del abrazo. "Condensamos y enlatamos tu abrazo". "Abrazo enlatado, pieza individual". "Hug, handle with care"... Entonces la sobredemanda, filas y filas en paqueterías y mensajerías express, cargos por sobrepeso en los viajes de fin de año... Un abrazo que se escapa de una maleta llena y rueda por el piso brillante de un aeropuerto, haciendo un sonido siniestro antes de chocar contra un zapato, contra algún muro o finalizando su marcha en esos giros de velocidad ascendente, como los de una moneda antes de detenerse, un abrazo perdido.

Diferentes tipos de latas, no hay como las "abrefácil" porque yo no destaparía un abrazo con el mismo de abrelatas de los atunes, y los abrelatas se pierden entre los trastes, y hay que ir con el vecino para que nos preste el suyo y si el vecino no está en casa, nos veremos ansiosos y frustrados, irritados con un abrazo enlatado en las manos, mandando todo a la mierda, pensando que la única forma aceptada del abrazo es cuerpo a cuerpo, que la única forma de llevar un abrazo es transportándolo nosotros mismos, y que nunca se podrá crear algo parecido...

-Aarón Sabina

sábado, 8 de septiembre de 2012

Gato!..Gato!


A pesar del tiempo aún la veo, es mi cábala, mi amuleto, mi pata de conejo; Me acompañan día y noche aquel pequeño par de pingüinos en ropa de invierno

La veo en tantos lados, tomada de otras manos,
con nombres distintos, cargada en brazos extraños,
Me quita el sueño, se lo lleva,
Es de ella, siempre de ella

Me pregunto si es que llegaré alguna vez a conocerla,
A verla crecer desde una pequeña raya pintada en el vientre, esperarla a que llegue como los gatos,
Aquellos que vienen de nueve en nueve

Siempre quise sentarme a pintar con ella su habitación con estrellas, hacer del refrigerador su propia galería de arte, contarle de aquella vez que vencí yo solo a diez cocodrilos con una resortera, cantarle algunas canciones desde la regadera, escucharla reír, conseguirle tantos frascos posibles para su colección de insectos, envolver su mano con la mía, decirle que tiene los mismos ojos de su madre...Tan cálidos y cafés que podría beberlos con dos de azúcar cada día al despertarme antes de salir a conquistarle el mundo por partes

De “Efe” solo queda la fe de que aparezca algún día de estos todavía

jueves, 6 de septiembre de 2012

De Para


A mí no me leas, no solo me leas,
A mí escríbeme hoy, mañana, cuando puedas

Una epístola, una esquela, un epitafio,
Una carta corta ó un recado largo,
Una nota, un fragmento, leyendas, un cuento

Bienvenidas, despedidas, 
Felicitaciones, pésames,
Noticias malas o buenas

En poema, en prosa, en verso,
En rima sin el rímel escurriendo

Con humo, con labial, con pluma, al óleo,
Con las manos, con los labios, con los ojos

En la piel, en papel, en el aire,
En la arena, en la pared, sobre el vientre,
Tallado en algún árbol

Sin sangría, con acentos, sin comillas,
Sustantivos, adjetivos, puntos, guiones,
Entre paréntesis ó fuera de ellos

A mí no me leas, no solo me leas,
A mí escríbeme hoy, mañana, cuando puedas.